martes, 30 de septiembre de 2008

CONFLICTOS ACTUALES Y LA VULNERACION DE LOS DERECHOS UNIVERSALES GRADO 10º





YUGOSLAVIA: Guerra en Kosovo






En 1998 el azote de la guerra volvió a la zona de los Balcanes cuando la provincia de Kosovo reavivó su deseo de independizarse de la actual Federación yugoslava, dominada por Serbia.
Sin el apoyo de la comunidad internacional para el reconocimiento de su independencia, pero sí para
que logre un autogobierno, la guerrilla albanesa-kosobar mantiene desde febrero de 1998 una lucha implacable contra las fuerzas de Belgrado.
El conflicto estalló en 1990, cuando Serbia anuló la amplia autonomía de la que gozaba la provincia dentro de la Federación Yugoslava, consagrada por el mariscal Tito después de la Segunda Guerra.
Los albano-kosobares proclamaron su independencia que no fue reconocida por Serbia. A partir de ese momento se multiplicaron las manifestaciones populares y una fuerte represión serbia como respuesta. La crisis se reavivó en 1996 con el nacimiento de la guerrilla del Ejército de liberación de Kosovo (UCK), que cometió atentados contra policías y funcionarios serbios. El presidente serbio, Slobodan Miosevic, decidió dar una respuesta tardía tras la muerte de dos policías serbios y el 3 de marzo de 1998 ordenó una masacre en Prekaz, donde hubo 72 muertos. La represión se extendió a todo Kosovo y tomó forma de una «limpieza étnica». La comunidad internacional reaccionó con temor a que se produzca un nuevo conflicto bélico en los Balcanes y que derive en un problema mundial. La provincia serbia de Kosovo, con dos millones de habitantes, es una de las regiones más pobres de Europa. El 90 por ciento de sus habitantes son albaneses étnicos, de mayoría musulmana. Hay 200.000 serbios que son eslavos y su religión es el cristianismo ortodoxo. Esta minoría controla la vida de la provincia. El odio que hoy recrudece entre albaneses y serbios se remonta al siglo XIII cuando los turcos derrotaron a los serbios, los desplazaron hacia el norte e introdujeron el Islam en la región, que dejaron en manos de los albaneses. Kosovo pasó a formar parte de Serbia después de las guerras balcánicas de 1912 y 1913 y la desaparición de Turquía como potencia europea, al modificarse el mapa de la región. Las seis principales potencias del mundo, agrupadas en el denominado Grupo de Contacto surgido durante el conflicto bélico de la ex-Yugoslavia, aplicaron enérgicas sanciones económicas y militares contra Yugoslavia, en respuesta a la grave represión contra la población albanesa de Kosovo. Hasta julio de 1998 unas 180.000 personas tuvieron que huir de sus hogares por falta de agua y alimentos y por temor a ser asesinados.

Conflicto Israel-Palestina: http://israel.cristianismo-primitivo.org/

Anexo situación actual de Afganistán: http://www.elpais.com/articulo/internacional/guerra/Afganistan/pone/prueba/unidad/OTAN/elpepiint/20080208elpepiint_6/Tes
Anexo videos de ataques en Afganistán: http://www.webislam.com/?idt=6874

anexo conflicto en Zimbawe: http://www.elmilitante.org/content/view/4660/88/

La OTAN mata al

menos 70 talibanes

en combates en la capital

afgana del opio

Milicias talibanes se congregaban en las cercanías de Lashkar Gah, donde se proporciona la mitad de la producción de opio afgano

AGENCIAS - Kabul - 15/10/2008

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Al menos 70 supuestos talibanes han muerto en un ataque aéreo lanzado por las fuerzas de la coalición liderada por EEUU en una región de la provincia afgana sureña de Helmand cercana a la frontera con Pakistán, ha informado hoy a Efe una fuente oficial.

Grafico

Despliegue de la OTAN en Afganistán

GRAFICO - El Pais - 19-08-2008

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La noticia en otros webs

La Policía ha averiguado que las milicias talibanes estaban congregándose en las cercanías de la capital provincial, Lashkar Gah, y ha decidido organizar una operación en la que han muerto 70 supuestos insurgentes, entre ellos dos dirigentes, según ha dicho el jefe de la Policía provincial, Asadulá Shirzad. También anoche otros seis policías murieron en otro ataque insurgente contra un puesto de control en las afueras de Lashkar Gah.

Los combates entre soldados afganos y de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), que lidera la OTAN, contra las milicias talibanes se han intensificado en los últimos días. Las cercanías de Lashkar Gah ya fueron escenario este fin de semana de violentos combates entre los insurgentes y las tropas afganas y de la OTAN, en los que murieron al menos 62 supuestos talibanes en bombardeos de la aviación.

Helmand, con presencia de tropas británicas, es una de las provincias más conflictivas de Afganistán, un país en el que más de 4.100 personas han muerto en lo que va de año, víctimas de la violencia. Esta provincia al sur del país no sólo es uno de los bastiones talibanes en el país, sino que también proporciona la mitad de la producción de opio afgano, cuyas amapolas generan el 90% de la heroína mundial.

FRENTE NACIONAL (1958-1974) GRADO9º

COMIENZA EL FRENTE NACIONAL Diciembre 1 de 1957Paz de partidosLa creación del Frente Nacional permitió superar las diferencias entre partidos, pero al final causó otros estragos políticos.


El primero de diciembre de 1957, 4.397.090 ciudadanos se volcaron a las urnas en las elecciones más concurridas de la historia colombiana, para aprobar o reprobar el plebiscito que daría origen al Frente Nacional. A favor 4.169.294 votaron y tan sólo 206.864 en contra, es decir, un escuálido 4,7 por ciento de los electores se opusieron al novedoso experimento político. Ante todo, la derecha doctrinaria representada por Jorge Leyva y el Partido Comunista.
Ese día era muy especial por diversos motivos. Por una parte, era la primera vez que el sufragio cobijaba a las mujeres. Aún cuando el voto femenino había sido aprobado durante el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla, sólo en esta ocasión memorable pudieron concurrir a las urnas. Por otra parte, tras el período de la violencia y los regímenes militares, se abría la esperanza de volver a la paz y a la democracia. Finalmente se respiraba en el ambiente un clima de concordia entre los partidos, cuyo sectarismo extremo había ensangrentado el país a lo largo de un siglo.
Por ello, no es de extrañar que los símbolos de la reconciliación nacional fueran dos figuras cimeras y polémicas que marcaron con su impronta buena parte del siglo XX: Laureano Gómez y Alberto Lleras Camargo. Los adversarios de ayer transformados en los aliados de hoy. El sectarismo extremo e irresponsable de Laureano Gómez trastocado en discursos a favor de la reconciliación y la concordia nacionales. Aún cuando los lineamientos básicos del Frente Nacional fueron expuestos por primera vez en la famosa carta de Alfonso López Pumarejo dirigida al Directorio Liberal de Antioquia (2 de marzo de 1956) que definió los postulados básicos del futuro Frente Nacional (entre otros, una reforma constitucional para establecer un gabinete de coalición bipartidista), fueron ante todo la Declaración de Benidorm (24 de julio de 1956) y el Pacto de Sitges (20 de julio de 1957) firmados entre Gómez y Lleras los que enmarcaron el proceso de transición entre la Junta Militar de Gobierno y el primer gobierno del Frente Nacional.
Del Frente Civil al Frente Nacional
Inicialmente, el frente interpartidista de oposición al gobierno del general Rojas Pinilla tomó la denominación de Frente Civil. Nombre que debió cambiarse, a la caída de Rojas el 10 de mayo de 1957, por el de Frente Nacional para despejar la idea de que se trataba de una coalición contraria a las Fuerzas Armadas. Sobre todo, desde que se tomó la decisión de juzgar solamente a Rojas
-tomado como un chivo expiatorio-, perdonando a su turno al resto de los miembros de la institución castrense. Mediante esta decisión se esperaba una total fidelidad de las Fuerzas Armadas a las instituciones frentenacionalistas. Salvo sectores golpistas aislados, esta fue la conducta de la Junta Militar de Gobierno (Gabriel París, Luis Ordóñez, Rafael Navas, Deogracias Fonseca y Rubén Piedrahita) que sirvió de puente entre el gobierno militar y la restauración institucional.
Por varias razones, Gómez y Lleras consideraron el referendo popular como la vía más idónea para alcanzar la restauración de las instituciones civiles. Primero, dada la trascendencia de las cuestiones en juego no bastaba una simple Asamblea Constituyente para darle un piso suficiente de legitimidad al nuevo régimen político. Segundo, teniendo en cuenta los duros enfrentamientos entre la fracción ospinista (que había coadyuvado a la caída de Laureano) y el laureanismo (que acusaba a Ospina de connivencia con el gobierno militar), el voto popular permitía superar este escollo insalvable entre las dos fracciones mayoritarias del Partido Conservador que estaban haciendo tambalear la transición democrática. Finalmente, mediante una contundente votación popular, se buscaba evitar la descalificación tanto de sectores militares como civiles adversos a la nueva institucionalidad política en cierne.
A pesar de la amplia ratificación popular del plebiscito, con el correr de los días múltiples voces comenzaron a denunciar al Frente Nacional como un modelo de "restauración autoritaria" de las instituciones civiles. A diferencia del pacto más incluyente de Punto Fijo, el cual se firmó en Venezuela en la misma época tras el derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, el de Colombia gracias a la alternación presidencial y la paridad política, será percibido como un sistema semicerrado, elitista y fuente de exclusiones.
Balance agridulce
Un poco más de cuatro décadas han transcurrido desde el inicio del Frente Nacional. Ya existe, por tanto, una perspectiva histórica suficiente para evaluar este experimento político sin las pasiones del pasado. El balance es agridulce. Hubo tantos logros significativos, como desastres manifiestos.
Los logros más importantes fueron, a mi modo de ver, tres. En primer término, se logró desactivar la tradición de los "odios heredados", la cultura sectaria que habían alimentado los dos partidos tradicionales mediante la movilización pasional de sus simpatizantes. Las guerras civiles serían ya cosa del pasado. En segundo término, la estabilidad institucional que generó el Frente Nacional fue decisiva para evitar que Colombia cayera como el resto del continente y con muy pocas excepciones (México, Costa Rica y Venezuela), en la ola de regímenes militares que asolaron al continente en estos años. Finalmente, el Frente Nacional permitió mantener la estabilidad macroeconómica del país, que se constituyó en uno de los mayores logros de la sociedad colombiana a lo largo de buena parte del siglo XX.
En contraste con estos logros, los efectos negativos fueron también protuberantes. Al menos dos han sido señalados con insistencia por los analistas de este período histórico. De un lado, la fragmentación extrema de los partidos tradicionales, ya que la competencia interpartidista se transformó en una dura competencia intrapartidista dado que cada partido tenía garantizado, con independencia de su peso electoral real, 50 por ciento de cargos de elecciones populares.
Las fracciones organizadas comienzan a dar paso a facciones personalistas, a la total indisciplina parlamentaria y a la ingobernabilidad democrática. Esta situación se veía agravada por la parálisis parlamentaria, pues, según el texto del plebiscito, las iniciativas gubernamentales requerían para su aprobación del voto favorable de las dos terceras partes en la Cámara y en el Senado. La respuesta no se hará esperar. Ante la dificultad de conformar mayorías parlamentarias, los gobiernos del Frente Nacional y el pacto burocrático bipartidista posterior, mantendrán al país en estado de sitio permanente para poder eludir el desorden parlamentario y gobernar por decreto.
Por otro lado, la exclusión de los partidos y movimientos distintos al bipartidismo generará un "sentimiento de exclusión", cuyo impacto será muy negativo. Por una parte, arrojará a las filas del naciente movimiento guerrillero posrevolución cubana a toda una generación de jóvenes radicales. Igualmente, esta exclusión dará origen a toda una suerte de movimientos políticos, tales como la Alianza Nacional Popular y el Movimiento Revolucionario Liberal, que van a constituir fuertes movimientos de oposición en contra de las instituciones del Frente Nacional.
¿Constituyó realmente el Frente Nacional un "sistema cerrado" como ha planteado la izquierda para explicar (y, en ocasiones, justificar) la emergencia de una oposición extraparlamentaria e, incluso, armada? Esta tesis ha sido duramente cuestionada por prestigiosos historiadores como Malcolm Deas y Daniel Pécaut. Colombia sostienen era, a pesar de las restricciones del Frente Nacional, uno de los sistemas políticos más abiertos de América Latina en una época dominada por gobiernos militares.
Incluso, afirman, muchos militantes de la izquierda radical e, incluso, del Partido Comunista, pudieron acceder al Congreso envueltos en las banderas del Partido Liberal. El caso más notable fue el de Juan de la Cruz Varela, el destacado líder agrario de la conflictiva región del Sumapaz, quien accedió a la Cámara de Representantes en la lista de Alfonso López Michelsen. Probablemente, la "percepción de cerramiento" fue superior al grado real de cerramiento del sistema político. Este punto todavía es objeto de discusión en la historiografía colombiana.

En conclusión

El balance del Frente Nacional hubiera sido, probablemente, muy positivo si hubiese sido desmontado en las fechas previstas. Pero las cúpulas bipartidistas decidieron en mala hora, a fines de los años 60, prolongar el pacto burocrático mediante un parágrafo en el artículo 120 de la Constitución Nacional, el cual exigía darle una participación adecuada y equitativa al segundo partido en votos tras cada elección. Fue un desastre. Lo bueno del Frente Nacional (en particular, la superación de los "odios heredados" y la recuperación de las instituciones civiles) ya se había alcanzado. Con este parágrafo nefasto se prolongó, por el contrario, todo lo negativo que arrastraba el Frente Nacional: la burocratización clientelista de los partidos tradicionales, el debilitamiento de la competencia interpartidista y, sobre todo, el sentimiento de exclusión de la oposición política.
Hubo que esperar hasta la imposición del esquema gobierno-oposición bajo el gobierno de Virgilio Barco en 1986 y, sobre todo, a la Constitución de 1991, para poder llevar a cabo el desmonte final del Frente Nacional. Una eternidad.

lunes, 1 de septiembre de 2008

EFECTOS DEL TOTALITARISMO

EFECTOS DE LOS REGIMENES TOTALITARISTAS

Una de las consecuencias de los regímenes totalitarios se ve en Zimbabwe; donde anteriormente el gobierno de este país nacionalizó la propiedad de la tierra expulsando a los granjeros blancos para darle acceso a la mayoría negra; lo cual ha sido un fracaso absoluto. Estas políticas totalitarias están condenando a su población a una pobreza aún mayor.
♥ China, el país más poblado del mundo sigue sometido a una dictadura totalitaria que representa una peculiar combinación del comunismo político, el capitalismo salvaje y las peores tradiciones del despotismo asiático, donde de millones de personas están sometidos a férreas dictaduras, sin derechos sindicales, sin derechos a la libertad de expresión, de manifestación o de reunión y sin ninguna defensa efectiva frente a la arbitrariedad del poder.
♥ El totalitarismo consiste en la concentración de los poderes políticos en manos del Gobierno, anulando o debilitando a otras instancias políticas mediante el desconocimiento o vulneración de la Constitución y de otras leyes. En el actual gobierno de Bolivia hay rasgos totalitarios. Las desaforadas declaraciones del Presidente en las que se jacta de cómo él actúa prescindiendo de las leyes y que luego encarga a sus abogados para que conviertan lo ilegal en legal, muestran la escasa valoración que otorga al estado de derecho y, además, a la sagrada profesión de la abogacía que debe ante todo respetar la justicia, la Constitución y las leyes.

Los regímenes totalitaristas han dejado consecuencias muy desagradables, que además de afectar al ser humano en referencia a su desarrollo intelectual, no permiten que por su color de piel, religión, filosofía, entre otras; se exprese y se desarrollo en un campo específico. Actualmente muchos países a consecuencias de ideas totalitaristas, prohíben que una persona tenga más desarrollo que otras, o que rechazan a personas con ideales de progreso por sus características físicas, etc., quitándoles la posibilidad de cumplir sus metas.También hay países, en los cuales la mujer no puede encargarse de cargos importantes; o en cambio no le permiten ni estudiar, es decir, prepararse para el futuro, como se pude ver en el franquismo